Señor, en este día te pido que llenes mi corazón de tu paz y tranquilidad. Ayúdame a confiar en ti y a descansar en tu amor. Que tu paz, que sobrepasa todo entendimiento, guarde mi mente y mi corazón en Cristo Jesús. Enséñame a dejar a un lado mis preocupaciones y a encontrar consuelo en tu presencia. Que tu Espíritu Santo me guíe y me dé la sabiduría para enfrentar los desafíos de este día con serenidad y fe. Gracias, Señor, por ser mi refugio y fortaleza en tiempos de angustia. Amén.