Día 3: La Paz de Dios

Versículos:

«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.» – Filipenses 4:6-8 (RVR1960)

Reflexión:

Pablo nos exhorta a no estar ansiosos por nada, sino a presentar nuestras necesidades a Dios con oración y acción de gracias. Esta práctica no solo nos ayuda a liberar nuestras preocupaciones, sino que también nos abre a la paz de Dios, una paz que va más allá de nuestra comprensión humana y que protege nuestros corazones y mentes. Además, Pablo nos anima a enfocarnos en lo que es verdadero, honorable, justo, puro, amable y digno de alabanza. Este cambio de enfoque, desde la ansiedad hacia la gratitud y la reflexión positiva, transforma nuestra perspectiva y nos acerca más a la paz que Dios ofrece.

Oración:

Señor, ayúdame a entregar todas mis preocupaciones a ti en oración, y a llenarme de tu paz que sobrepasa todo entendimiento. Que mi mente se enfoque en lo que es bueno y digno de alabanza. Amén.

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